¿Qué son las ETCs? Los ETFs de materias primas

Hoy en día no se habla más que de invertir en ETFs. Hay ETFs temáticos de todo tipo y se están convirtiendo en una opción de inversión super interesante para muchos nuevos inversores. El propósito de este artículo es explicar lo que son los ETC, los ETFs de materias primas y no hablar sobre los ETFs, pero si estás interesado en conocer más te recomiendo este artículo para saber qué es un ETF y cómo funciona.

Así que vamos a ver en detalle y de la forma más sencilla posible lo que son los ETCs para que todo el mundo pueda entenderlo. Creo que la manera más sencilla será compararlos con los ETFs, que son activos más conocidos.

ETCs, los ETFs de materias primas

ETCs, los ETFs de materias primas

Quizás esta sea una forma extraña de definirlos, pero ahora verás que puede ser conveniente llamarlos así.

Una vez más, fueron las estrictas normas de la Unión Europea las que provocaron la aparición de los ETCs. La normativa europea decía que para que un producto pudiera comercializarse como fondo de inversión (como los ETFs) no podía invertir en un único activo, sino que dicho fondo tenía que estar compuesto por un paquete de activos suficientemente variado con el fin de diversificar.

De esta forma no se podían crear ETFs de materias primas, porque incumplían esa norma. Así que las gestoras no tuvieron más remedio que inventarse un nuevo producto al que llamaron ETC. Hecha la ley, hecha la trampa.

Como sabes, los ETFs siguen un índice concreto. La variedad de índices es enorme y cada vez se crean nuevos. Se pueden diseñar tantos como queramos, es a gusto del inversor. Así que cuando nos ponemos a buscar ETFs interesantes para nuestras inversiones es muy probable que pensemos ¿Existen ETFs que sigan el precio del oro, de la plata, o el petróleo?

Es en ese punto cuando uno se topa con los ETCs. Que desde un punto de vista estético podrían parecernos lo mismo que un ETF, pero funcionan de forma muy distinta.

El nombre de las siglas ETC viene de Exchange Traded Commodities es decir, activos cotizados sobre materias primas. Cuando uno compra un ETC lo que está comprando es una participación de un valor referenciado al precio de una materia prima.

Pero tienes que tener en cuanta la mayor diferencia de este activo con su primo lejano, el ETF: Los ETCs no son fondos de inversión, sino productos cotizados.

Tipos de ETCs

De la misma forma que los ETFs, los ETCs pueden ser de réplica física o sintética. Vamos a ver las diferencias y cómo funciona cada uno de ellos.

ETCs de réplica física

Estos ETFs de materias primas siguen el índice del precio de la materia prima en cuestión, con la peculiaridad de que el organismo custodio tiene almacenada físicamente la materia prima cuyo precio se está replicando. De tal manera existirán tantas porciones de esa materia prima como participaciones hayan comprado los inversores. Los ETCs de réplica física suelen ser los relacionados con materias primas no perecederas y fácilmente almacenables, tales como metales preciosos, por ejemplo.

ETCs de réplica sintética

Estos ETCs replican índices de materias primas o, en su lugar, de contratos swap. Esta es una manera muy conveniente e inteligente de poder crear ETCs de materias primas perecederas o más complejas de almacenar y manipular como el trigo, el azúcar, el petróleo o productos agrícolas. Estos ETCs son más complejos, pues dependen de los swaps que conllevan un mayor riesgo debido a que el contrato pueda no ser atendido debidamente. Además, este tipo de commodities suelen tener una alta volatilidad, por lo que si inviertes en ellos estás tomando un riesgo mucho mayor que el que tienen la mayoría de los ETFs que existen.

Conclusiones importantes

Aunque, debido a sus siglas y a cómo se crearon los ETCs, puedan parecernos muy similares a los ETFs, son instrumentos muy distintos. Estas diferencias tienes que tenerlas muy claras antes de decidir invertir en ellos.

Recuerda que un ETC no es un fondo y que además replica el índice de una sola materia prima. Esto quiere decir que la diversificación que de forma natural siempre acompaña a los ETFs, aquí desaparece. Cuando compras un ETC estás jugándotelo todo a una carta por lo que perder todo tu dinero es mucho más fácil.

Si la entidad emisora del ETC quiebra, nuestro capital no estaría protegido. Aunque bien es cierto que los ETCs físicos nos da un poco más de seguridad ya que nuestras participaciones están respaldadas por la materia prima real.

Con todo esto debemos deducir que invertir en ETCs es muy arriesgado y deberían invertir en ellos sólo los inversores más experimentados.

Invierte sin prisas, invierte con inteligencia.

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