La importancia de una estrategia de inversión. Diseña la tuya

Uno de los puntos más importantes a la hora de empezar a invertir es definir una estrategia de inversión y ser fiel a ella. Algo que a priori puede parecer una tarea sencilla, puede convertirse para algunos en algo realmente complicado.

Muchas veces esto sucede por no tener en cuenta cómo es uno mismo e ir siguiendo lo que otros nos dicen que es lo mejor en vídeos, podcast y blogs.

En este artículo trataremos de mostrarte cómo diseñar la mejor estrategia de inversión para ti.

Estrategia de inversión
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¿Por qué quiero invertir?

Esta pregunta, aunque pueda parecer absurda, puede resolvernos muchas dudas que se nos presentarán en el camino si no hemos pensado detenidamente en ella.

La respuesta a esta pregunta será muy diferente según a quien se la hagas. Y no se reduce simplemente a “ganar más dinero”. No sé si tendrás amigos o conocidos inversores, pero te sorprendería descubrir cuan diferentes visiones tiene cada persona acerca de la inversión.

Puede que hayas llegado a esa conclusión después de debatirte entre qué es mejor si ahorrar o invertir. O quizás hayas llegado a la conclusión de que invertir online puede darte mayor libertad financiera. Son muchas las posibles causas.

Y este es el punto relevante. ¿Por qué has decidido empezar a invertir? Es muy importante que te detengas sin prisa a pensar sobre esto. Incluso sería recomendable que escribieses todas las respuestas que te vengan a la cabeza para luego poder releerlas y entender las consecuencias de esas decisiones.

Con esas respuestas pasadas a limpio, bien meditadas, puede que incluso modificadas unas cuantas veces, empezarás a diseñar tu estrategia de inversión. Una vez hayas comprendido por qué quieres invertir y lo que esperas de tus inversiones.

Lo que es bueno para otros no tiene por qué serlo para ti

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Como todo en la vida, la inversión no iba a ser diferente.

Cada persona es única y aunque puedan existir similitudes, afinidades y tendencias, en las inversiones es imprescindible conocerse a uno mismo y saber dónde quieres ir y cómo quieres hacerlo.

Si uno se limita a seguir lo que otros dicen, bien guiado por la experiencia ajena, por los éxitos prometidos o por la razón que sea, tarde o temprano no te sentirás cómodo con esa forma de invertir. Para cuando eso ocurra habrás perdido tiempo y el dinero que tanto te ha costado ahorrar.

Lo que los otros te cuentan es muy valioso, pero debes entender cómo valerte de esa información para adaptarla a lo que tú necesitas o persigues. Para ello, tienes que ser capaz de discernir entre la información valiosa y la que no lo es. Serán tus conocimientos y tus aprendizajes los que te den las herramientas necesarias para poder conseguirlo.

Cada situación personal es única. La situación laboral en la que te encuentres, si vives sólo o en pareja. Si tienes hijos o gente a tu cargo. Cuánto tiempo puedes dedicar a estudiar, aprender sobre inversión y cuánto tiempo quieres o puedes dedicar a tus inversiones. La edad con la que cada uno empieza a invertir y cuando esperas obtener los retornos. Qué tipos de retornos esperas, etc.

Las variantes son infinitas y cuando encontramos una información que te parece interesante y te indica un camino a seguir debes preguntarte si ese camino encaja 100% con tu estrategia de inversión global y tus circunstancias.

Cuando sigues los consejos de otras personas sobre una inversión en concreto, sólo conoces los datos que te están dando referidos a un momento muy concreto de sus vidas como inversores y un momento único e irrepetible de los mercados en los que estén operando. Pero desconoces los motivos, sus historia anteriores y el camino que les ha llevado hasta tomar esas decisiones. Todo eso es muy importante porque seguramente nada tienen que ver con los tuyos.

Conocer tu personalidad como inversor

personalidad como inversor
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El aspecto psicológico en las inversiones es más relevante de lo que puedas pensar en un principio. No se trata sólo de si podrás aguantar esos números en rojo el tiempo necesario que tu estrategia de inversión te dicta. Se trata de no ir cambiando de estrategia de inversión constantemente en función de lo que leas o aprendas, y eso es más complicado de lo que parece. Muchas veces las noticias y el sentir general de los inversores puede jugarnos malas pasadas.

Podríamos decir que existen tantas estrategia, estilos y carteras como personas.

Podemos agrupar tanto los estilos de inversión como las estrategias de inversión en diferentes grupos, pero nada de esto es algo cerrado o rígido. Cada uno puede y debe adaptar cada una de ellas a su personalidad, sus necesidades, su estilo de vida y sus expectativas. De igual modo, puede mezclar varias estrategias y darles más o menos peso según le interese, aunque también puede decidirse por una única estrategia.

Lo importante aquí es sincerarse con uno mismo, porque sin darnos cuenta muchas veces tratamos de engañarnos a nosotros mismos de manera inconsciente para ocultar lo que a nuestro parecer son debilidades o defectos.

En muchas ocasiones somos muy duros con nosotros mismos y nos castigamos por ser de esta o aquella manera. En la inversión es muy importante sincerarnos y aceptar aquello nuestro que no nos gusta. Si no lo hacemos lo pagaremos con nuestro dinero. Es mejor saber por donde no ir, que coger el camino más arriesgado tratando de demostrarnos a nosotros mismos lo valientes que somos.

Define tu estilo de inversión

El estilo de inversión es algo un poco más genérico y amplio que la propia estrategia de inversión. Saber cual es el que más te conviene una vez has entendido qué tipo de inversor eres te ayudará a dar los siguientes pasos. Y sobre todo te ayudará a ver qué te interesa y qué no te interesa.

Insistimos de nuevo en que conocer diferentes estilos y estrategias está muy bien porque te da información y te aporta perspectiva, pero sólo tú puedes diseñar lo que es mejor para ti. No copies a nadie, utiliza la información disponible para elaborar la inversión a tu medida.

En rasgos generales podríamos decir que existen cuatro estilos de inversión en bolsa. Aunque son extrapolables a otros tipos de inversión. Según cuál sea tu personalidad y cómo te tomes la inversión te irá mejor un estilo u otro:

Estilo Value

Partiendo del hecho de que no hay nada seguro, y mucho menos en las inversiones, los inversores value invierten en empresas bien establecidas, con un largo recorrido y con cuentas bien saneadas y estables. Suelen ser empresas de gran capitalización que no tienen un gran crecimiento porque son empresas maduras.

En este tipo de inversiones prima la “seguridad”, minimizar riesgos y apostar por empresas de gran valor.

Los inversores value tratan de encontrar empresas value que estén infravaloradas en los mercados. La estrategia es comprarlas por debajo del precio que sus fundamentales indican.

Estilo Growth

Este es un estilo un poco más agresivo, desde el punto de vista del riesgo.

Estos inversores buscan empresas en pleno crecimiento, con buenas previsiones a futuro y que en general suelen manejar altos niveles de deuda. Lo que se espera de estas empresas es que crezcan a mayor ritmo de lo que lo hace el mercado. Lo que se espera de estas empresas es una buena proyección a futuro con buenas rentabilidades.

Puesto que no todas las empresas sobreviven, en este tipo de inversión hay más probabilidad de invertir en alguna empresa que en un futuro no muy lejano tenga problemas o no llegue a despegar como habíamos estimado.

Estilo Blend

Este estilo de inversión no sería más que una mezcla entre los dos anteriores. El cómo se pondere o qué importancia se le dé a uno y a otro ya depende de cada uno. Según el riesgo que se quiera tomar, la proyección en el tiempo, y muchas cosas más el inversor blend inclinará su cartera más hacia un lado que al otro.

Obtención de rentas

Este estilo de inversión se centra únicamente en recibir rentas recurrentes, obviamente lo más altas posibles. Normalmente la manera más común de hacer esto es mediante la inversión en empresas que reparten dividendos. Aunque también muchos inversores acceden a estas rentas mediante la inversión en inmuebles, plazas de garajes, etc. Estas últimas requieren disponer de un capital mucho mayor, por lo que la inversión en bolsa es más accesible para todo el mundo.

Una de las estrategias más famosas con este estilo de inversión es la llamada DGI (Dividend Growth Investment), que hila más fino y consiste en invertir en empresas que no sólo dan dividendo, sino que éste crece cada año.

Plazos de inversión

plazos de inversion
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Otro aspecto que determinará por completo cómo serán tus inversiones, tus riesgos y tus objetivos es el tiempo que decidas mantenerlas.

No se trata sólo del tiempo que quieras mantenerla, sino que en función de esta decisión, los conocimientos requeridos, la dedicación y los objetivos cambian por completo.

Invertir a corto plazo

Aquí es donde tienen cabida el trading y la especulación. La inversión a corto plazo se refiere a aquella que abre y cierra la operación en minutos, horas, días o unas pocas semanas. Es una estrategia de inversión puramente basada en el precio. Aquí poco importan los fundamentales de la empresa y las decisiones de este tipo de inversores están tomadas según el análisis técnico.

Este tipo de inversiones son los más arriesgados. Hay muchos estudios que dicen que el 95% de los traders pierden dinero. Para ganar dinero con el trading hay que tener altos conocimientos en la materia, ser un experto en análisis fundamental y tener mucha experiencia. Desde luego no es un modo de invertir que recomendemos a nadie aquí. Aunque desgraciadamente es el concepto más extendido que tienen sobre la inversión las personas con poca educación financiera.

También se incluyen aquí esas inversiones menos arriesgadas que realizan aquellos inversiones que tienen dinero líquido y aún no han decidido donde invertirlo. Puede ser el resultado de una desinversión, por ejemplo. El inversor aún no tiene claro dónde invertir cierta cantidad a largo o medio plazo y mientras se decide, lo invierta a corto pazo para que ese dinero siga trabajando, bien en depósitos o cuentas remuneradas, esperando muy poca rentabilidad, pero asegurando su capital.

Invertir a medio plazo

Podríamos decir que los inversores que se decantan por este periodo temporal se exponen a un riesgo intermedio, huyendo de las altas volatilidades a las que se enfrenta el trader. Son inversiones que se cierran en unos cuantos meses o unos pocos años, normamente no más de 5. Aunque, en realidad, alguien que esté invirtiendo a 7 años no se puede decir que lo esté haciendo a largo plazo, de modo que menos de 10 años podría entrar dentro de esta clasificación.

El inversor a medio plazo suele ser una persona más activa con sus finanzas a quien le gusta estar investigando nuevos activos en los que poner su dinero. Lógicamente se realizan más movimientos que si se invirtiese a largo plazo y pueden haber más cambios de rumbo por el camino.

Invertir a largo plazo

Siempre se ha considerado a esta estrategia de inversión la “más segura”. O lo que es lo mismo, la menos arriesgada, pues, como vimos en las 10 cosas que deberías saber antes de invertir, los mercados a largo plazo tienden a ser alcistas. Aunque nunca se sabe lo que puede ocurrir en el futuro.

Esta estrategia intenta evitar la volatilidad de los activos en los mercados, pues el tiempo suaviza las rugosidades del corto plazo. Estos inversores suelen ser más conservadores y están obligados a saber aguantar los periodos bajistas y las crisis que casi con toda seguridad se cruzarán en su camino.

Son inversiones que no requieren estar pendientes de ellas constantemente y necesitan menos cuidados. Aunque por supuesto, todo activo en el que se invierte debería ser vigilado con mayor o menor regularidad, pero nunca debería dejarse abandonado.

Elementos fundamentales en toda estrategia de inversión

Lo más importante de una estrategia de inversión es ser fiel a ella. Ir cambiando de una a otra casi con toda seguridad te hará ir perdiendo dinero por el camino.

Desgraciadamente es muy difícil empezar a invertir teniendo claro todo esto. Es la propia experiencia la que te irá enseñando qué es lo mejor para ti y te dará la oportunidad de diseñar bien tu estrategia. Por eso es muy importante formarse, estudiar y tener la mayor cantidad de conocimientos posible. Pero el ser humano es complejo, y muchas veces necesitamos sentir en nuestras carnes lo que hemos aprendido para poder entenderlo de verdad.

  • Cuando te decidas a empezar, hazlo con poco dinero. No te precipites y no tengas prisa. Según pase el tiempo descubrirás si realmente, esa estrategia que elegiste, es con la que quieres seguir invirtiendo.
  • Basa tu estrategia en tu personalidad, no en las rentabilidades que esperas que te dé. Si no te sientes cómodo con tus inversiones y las mantienes sólo por sus esperadas altas rentabilidades, a la larga te cansarás y acabarás vendiendo a cualquier precio.
  • Hazte una lista, una hoja de cálculo o lo que quieras en donde anotes tus reglas. Unas normas que deberás auto imponerte y seguir pase lo que pase. Esa será tu guía y la configurarás como tú quieras. Puedes ser lo estricto o versátil que tú quieras, pero una vez empieces, úsala como tu biblia. No la contradigas bajo ningún concepto. Por eso mismo, tómate tu tiempo para redactarla teniendo en cuenta todos los posibles escenarios con los que te encontrarás en tu vida como inversor.
  • Sé consecuente con tus decisiones. Cuando decidas algo hazlo basado en tus conocimientos y aprendizajes, no llevado por la emoción de los números o la opinión popular. Así, cuando tengas la tentación de dar un volantazo, te pararás a pensarlo bien antes de actuar por impulsos. Los impulsos en las inversiones no son una buena idea.

Conclusiones

Tu estrategia de inversión no tiene por qué ser algo rígido. Puedes diseñarla como tú quieras, siempre que tenga sentido para ti y sea coherente con tu personalidad y tu situación personal.

No seas demasiado optimista o la frustración llamará a tu puerta tarde o temprano.

No tengas prisa y tómate tu tiempo para crear tu estrategia según vas adquiriendo conocimientos.

No confundas diversificación con invertir a lo loco en multitud de activos diferentes sin ton ni son. Luego te costará horrores desinvertirte para llevártelo todo a tu estrategia definitiva.

Ten en cuenta que puedes combinar varias estrategias, siempre y cuando tengas claros los objetivos de las mismas y los pesos que les vas a dar a cada una de ellas.

Y como punto final insistir en lo de siempre: Nunca, nunca, nunca inviertas sin tener una estrategia de inversión bien meditada.

Invierte sin prisa, invierte con inteligencia.

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